¿Qué es la Cooperativa Yungay?
Cooperativa Yungay se constituye con la inquietud de impulsar experiencias cooperativas en materia de vivienda. Sus integrantes comparten la motivación de impulsar una experiencia alternativa para satisfacer la necesidad de vivienda, mediante un proyecto de hábitat colectivo que aspira a promover la relación entre vecinos y vecinas, luchando contra la gentrificación del Barrio Yungay, por el derecho a la ciudad y la dignificación de la vivienda social.
¿Cómo surge?
La germinación...
La semilla de este proyecto está en la Red de Hábitat Popular de Chile, organización que busca articular y potenciar experiencias de producción autogestionada de vivienda y hábitat hacia la recuperación de modelos que promuevan la modificación de políticas en vivienda, así como las organización popular.
La articulación es parte de la cosecha…
Desde el año 2011, la Red forma parte de la Secretaría Latinoamericana de Vivienda y Hábitat popular (SELVIHP), entidad forjada sobre la base y trabajo de diversos movimientos sociales que en América Latina trabajan por la justicia social.
En este marco y a raíz del Segundo Ciclo, 3er. Módulo de Escuela de Autogestión de la SELVIHP realizado en abril de 2014 en Buenos Aires, surge la necesidad de retomar el Proyecto Cooperativa Barrio Yungay, propuesta que a la fecha había elaborado un catastro de suelos desocupados e inmuebles abandonados en Santiago Centro junto con la conformación de un grupo pre-cooperativo.
¿Qué se pretende?
Cuando no hay cabida...
El modelo estadocéntrico y subsidiario (del mercado) de producción de vivienda y hábitat en Chile ha transformado a los habitantes en meros consumidores, o bien receptores de políticas asistencialistas. Nuestro patrimonio socio-cultural de experiencias cooperativas, solidarias y autogestionadas ha quedado sepultado bajo un consumo especulativo individualizador: “Casa” es sinónimo de “propiedad privada individual-familiar”, un imaginario amplificado por los subsidio y el “sueño de la casa propia”. Antes este contexto, se hace necesario recuperar nuestras memoria social y el sentido de lo colectivo. La crisis por la que hoy por hoy pasan el sistema y la política habitacional es el punto de inflexión que debemos aprovechar para ser escuchados, proyectando una experiencia replicable para que el estado se haga presente en la búsqueda de soluciones alternativas al modelo que hoy impera. para esto, es necesario despejar la normativa, conquistando el derecho a la cuidad y a la vivienda digna.
¿Cómo surge?
La germinación...
La semilla de este proyecto está en la Red de Hábitat Popular de Chile, organización que busca articular y potenciar experiencias de producción autogestionada de vivienda y hábitat hacia la recuperación de modelos que promuevan la modificación de políticas en vivienda, así como las organización popular.
La articulación es parte de la cosecha…
Desde el año 2011, la Red forma parte de la Secretaría Latinoamericana de Vivienda y Hábitat popular (SELVIHP), entidad forjada sobre la base y trabajo de diversos movimientos sociales que en América Latina trabajan por la justicia social.
En este marco y a raíz del Segundo Ciclo, 3er. Módulo de Escuela de Autogestión de la SELVIHP realizado en abril de 2014 en Buenos Aires, surge la necesidad de retomar el Proyecto Cooperativa Barrio Yungay, propuesta que a la fecha había elaborado un catastro de suelos desocupados e inmuebles abandonados en Santiago Centro junto con la conformación de un grupo pre-cooperativo.
¿Qué se pretende?
Cuando no hay cabida...
El modelo estadocéntrico y subsidiario (del mercado) de producción de vivienda y hábitat en Chile ha transformado a los habitantes en meros consumidores, o bien receptores de políticas asistencialistas. Nuestro patrimonio socio-cultural de experiencias cooperativas, solidarias y autogestionadas ha quedado sepultado bajo un consumo especulativo individualizador: “Casa” es sinónimo de “propiedad privada individual-familiar”, un imaginario amplificado por los subsidio y el “sueño de la casa propia”. Antes este contexto, se hace necesario recuperar nuestras memoria social y el sentido de lo colectivo. La crisis por la que hoy por hoy pasan el sistema y la política habitacional es el punto de inflexión que debemos aprovechar para ser escuchados, proyectando una experiencia replicable para que el estado se haga presente en la búsqueda de soluciones alternativas al modelo que hoy impera. para esto, es necesario despejar la normativa, conquistando el derecho a la cuidad y a la vivienda digna.
Las semillas crecen en el cemento...
¿Por qué una experiencia cooperativista, autogestionada y de propiedad colectiva? Porque en el actual modelo imperante prima un enfoque individualista, con soluciones estandarizadas que no buscan dar respuestas colectivas y soluciones adecuadas a cada realidad de manera participativa y creativa, negando la construcción de relaciones democráticas, entendiendo la vivienda como un bien de consumo y no como un derecho.
En este sentido, el cooperativismo también fomenta un modelo económico solidario, separándose de la regla de la oferta y la demanda hacia la aceptación estratégica de la distribución democrática del excedente en contra de la acumulación de ganancia.
Impulsando modelos cooperativos
Desde este enfoque creemos que un modelo cooperativo es una herramienta que propicia la reivindicación de una vida digna construida en colectivo, en tanto el cooperativismo (y por ende, el proyecto aquí en cuestión) no concluye su trabajo con la obtención de una vivienda (solución techista). Por el contrario, la obtención de vivienda es una instancia física, sectorial y organizativa, que impulsa el modelo cooperativista, construyendo nuevas plataformas económicas, con prácticas solidarias y colectivas, instalando nuevas bases culturales y de interacción social.
La oportunidad de Barrio Yungay
El modelo estadocéntrico y subsidiario (del mercado) de producción de vivienda y hábitat en Chile ha transformado a los habitantes en meros consumidores, o bien receptores de políticas asistencialistas. Nuestro patrimonio socio-cultural de experiencias cooperativas, solidarias y autogestionadas ha quedado sepultado bajo un consumo especulativo individualizador: “Casa” es sinónimo de “propiedad privada individual-familiar”, un imaginario amplificado por los subsidio y el “sueño de la casa propia”. Antes este contexto, se hace necesario recuperar nuestras memoria social y el sentido de lo colectivo. La crisis por la que hoy por hoy pasan el sistema y la política habitacional es el punto de inflexión que debemos aprovechar para ser escuchados, proyectando una experiencia replicable para que el estado se haga presente en la búsqueda de soluciones alternativas al modelo que hoy impera. para esto, es necesario despejar la normativa, conquistando el derecho a la cuidad y a la vivienda digna.
Impulsando modelos cooperativos
Desde este enfoque creemos que un modelo cooperativo es una herramienta que propicia la reivindicación de una vida digna construida en colectivo, en tanto el cooperativismo (y por ende, el proyecto aquí en cuestión) no concluye su trabajo con la obtención de una vivienda (solución techista). Por el contrario, la obtención de vivienda es una instancia física, sectorial y organizativa, que impulsa el modelo cooperativista, construyendo nuevas plataformas económicas, con prácticas solidarias y colectivas, instalando nuevas bases culturales y de interacción social.
La oportunidad de Barrio Yungay
El modelo estadocéntrico y subsidiario (del mercado) de producción de vivienda y hábitat en Chile ha transformado a los habitantes en meros consumidores, o bien receptores de políticas asistencialistas. Nuestro patrimonio socio-cultural de experiencias cooperativas, solidarias y autogestionadas ha quedado sepultado bajo un consumo especulativo individualizador: “Casa” es sinónimo de “propiedad privada individual-familiar”, un imaginario amplificado por los subsidio y el “sueño de la casa propia”. Antes este contexto, se hace necesario recuperar nuestras memoria social y el sentido de lo colectivo. La crisis por la que hoy por hoy pasan el sistema y la política habitacional es el punto de inflexión que debemos aprovechar para ser escuchados, proyectando una experiencia replicable para que el estado se haga presente en la búsqueda de soluciones alternativas al modelo que hoy impera. para esto, es necesario despejar la normativa, conquistando el derecho a la cuidad y a la vivienda digna.
De Barrio Yungay a la ciudad para todas y todos
La germinación...
Siendo conscientes de un sistema que favorece la aparición del mercado inmobiliario como base generadora de lucro y mercantilización, la vivienda, el hábitat y el suelo de la ciudad pasan a ser una mercancía más, un simple bien de cambio, socialmente producido pero individualmente apropiado por los sectores que dominan las economías. Bajo esta lógica se presenta la disputa por una ciudad democrática para todas y todos, propiciando la radicación, pero que hay se ve constantemente amenazada por una especulación inmobiliaria ya casi naturalizada.
De mercancía a construcción
material del hábitat
Es así que se reconoce la lucha por el suelo urbano, por un espacio en la ciudad y un barrio histórico: la batalla en contra de la segregación socioespacial, recuperando inmuebles ociosos y terrenos baldíos para esta experiencia y otras futuro, reconociendo la función social de la propiedad y del suelo urbano, demanda expresa desde la realidad local, descentralizada.
El valor patrimonial e histórico de los sitios del Yungay viejo es una potencial oportunidad para acabar con los inversionistas inmobiliarios cada vez más presentes en el barrio, reconociendo la rehabilitación de un inmueble patrimonial como preservación del patrimonio histórico y cultural intangible adscritos al sector, promoviendo valores solidarios, de nuevas relaciones de convivencia ciudadana, con una consecuente organización que facilite soluciones que el derecho actual desconoce.
Al mismo tiempo, se ofrece un mejoramiento al entorno y a la mantención de edificios patrimoniales, con directa vinculación barrial y sectorial in destrucción del tejido social, al contrario, aportando en su enriquecimiento, apelando a la construcción material del hábitat.
De Barrio Yungay a la ciudad para todas y todos
La germinación...
Siendo conscientes de un sistema que favorece la aparición del mercado inmobiliario como base generadora de lucro y mercantilización, la vivienda, el hábitat y el suelo de la ciudad pasan a ser una mercancía más, un simple bien de cambio, socialmente producido pero individualmente apropiado por los sectores que dominan las economías. Bajo esta lógica se presenta la disputa por una ciudad democrática para todas y todos, propiciando la radicación, pero que hay se ve constantemente amenazada por una especulación inmobiliaria ya casi naturalizada.
De mercancía a construcción
material del hábitat
Es así que se reconoce la lucha por el suelo urbano, por un espacio en la ciudad y un barrio histórico: la batalla en contra de la segregación socioespacial, recuperando inmuebles ociosos y terrenos baldíos para esta experiencia y otras futuro, reconociendo la función social de la propiedad y del suelo urbano, demanda expresa desde la realidad local, descentralizada.
El valor patrimonial e histórico de los sitios del Yungay viejo es una potencial oportunidad para acabar con los inversionistas inmobiliarios cada vez más presentes en el barrio, reconociendo la rehabilitación de un inmueble patrimonial como preservación del patrimonio histórico y cultural intangible adscritos al sector, promoviendo valores solidarios, de nuevas relaciones de convivencia ciudadana, con una consecuente organización que facilite soluciones que el derecho actual desconoce.
Al mismo tiempo, se ofrece un mejoramiento al entorno y a la mantención de edificios patrimoniales, con directa vinculación barrial y sectorial in destrucción del tejido social, al contrario, aportando en su enriquecimiento, apelando a la construcción material del hábitat.
¿Cuáles son nuestras metas?
Las semillas crecen en el cemento...
Cooperativa Yungay se compone de un perfil grupal de diversos recursos humanos, técnicos y profesionales, comprometidos con la construcción de una sociedad justa, aportando desde la especificación e identidad para llegar a la potencia colectiva.
Este proyecto busca la participación activa de la totalidad de los miembros involucrados, comprometidas y comprometidos a no mercantilizar con el bien inmueble; reconociendo la autogestión como paradigma y camino en la construcción de un nuevo orden social, asumiendo responsabilidades en los distintos procesos de la ejecución; jugando un papel activo en la mejora de las condiciones de la vida individuales y comunitarias, siendo protagonistas de un proceso de cambio.
Un proyecto para mejorar el modelo cooperativista..
En síntesis, se pretende llevar a cabo una experiencia de cooperativa de vivienda en el Barrio Yungay como solución habitacional para un grupo de personas agrupadas en 15 núcleos que se organizan para solventar la necesidad de vivienda, pero a la vez, transformando a sus participante en promotores e impulsores de la recuperación del modelo cooperativista como alternativa de producción social del hábitat.